22 enero, 2012

El escritor y el escribidor

Antonio Muñoz Molina
Siempre
he tenido
una duda
que jamás
alguien
me aclaró...
aunque verbalmente con los amigos y compañeros llegué a comentar.

Se basa en saber cómo una persona que escribe un artículo, una novela, un ensayo, un cuento, etc., es él o por el contrario lo ha hecho un "negro", (alguien que escribe por él), o un blanco amigo, quiero decir un amigo blanco.
Porque observo muchas alabanzas y hoy quizá sea de las únicas veces que he leído una voz disonante. Lo cual me parece de una gran valentía y honradez consigo mismo, en cuanto al artículo de amm "El vano ayer", que además lo ha dicho de una forma exquisita, pero muy clara, incluso disculpándose y abrazándole.
El estilo, la forma y otras circunstancias marcan al escritor, pienso.
¿Y si éste varía o cambia de criterio, muda de estadio, o tiene un mal día, o quisiera tomar el pelo alguna vez a los aduladores?
¿Y si llegara a publicar esa broma? Cosa rara porque al perder credibilidad estaría en juego su presente-futuro, desde ese mismo momento ya nada sería igual. ¿Que pasaría con su legión de seguidores?
¿ Y si se pasara de escritor a escribidor, y por ejemplo me prestase a mí por un instante su página y su nombre como broma, amm?
Sí, quiero saber y que me expliquen los que muchos parecen saber de tanto libro y escritores en que fundan sus certeras verdades, sin que la duda, aunque fuera solo por un instante les llegue a insinuar que muy bien pudiera ser: " nada es verdad ni es mentira...".
Con todo ello no quiero decir que mi admirado anfitrión, como declaré en mi primera entrada en su blog-web: "Escrito en un instante", no sea auténtico y veraz y escriba con una facilidad y sencillez inmejorable; en absoluto, solo que esta duda me sigue y me persigue desde hace muchos años, reitero, no con su persona, sino en general. Quede esto bien entendido.
Digo como Serapio, puede ser un error de edicción, porque a veces, muchas veces, lo que se escribe, no se corresponde para nada con lo que antes se conoce de su obra, ni en forma ni maneras, y aun habiendo giros propios, tampoco eso me indica que no se me tomara el poco pelo que tengo. 
Hubiese sido buena idea que amm lo hubiera hecho el día de los Santos Inocentes y lo aclarase después. Nos reiríamos de su gran sentido del humor, le ensalzaríamos si cabe mucho más y por contra nos abriría los ojos y el pensamiento, y resultaría algo así como aquél suceso en que iban a trabajar un  padre y su hijo haciendo las distintas tareas siempre juntos y solos .
El padre iba podando la viñas un día cualquiera  y decía  al hijo que le seguía haciendo lo mismo, con retintín: "no me fio de la mitad de la cuadrilla", y le repetía una y otra vez el mismo latiguillo. 
Yo como hijo, ya le hubiese mostrado mi malestar por su continuo "cachondeo" y le hubiese vuelto la voz por pasiva, y además hubiese añadido, "me está usted jodiendo más que una china en un ojo".
Me voy y, con su pan se lo coman, que a los de los refranes esto les sentará muy bien.
Y si yo, no fuera yo; ni seis, media docena, ¡eh!