09 marzo, 2012

Pasión por el flamenco

Simón y Luciano
Manuel y Luciano




Una de mis grandes pasiones es el flamenco. De ahí que hoy desvíe mi comentario sobre este arte tan sublime, declarado “Patrimonio de la Humanidad”.
Para que Vds. sepan por donde va el tema les diré que hoy ha mostrado la canción "Los cuatro muleros" el gran escritor Antonio Muñoz Molina y al hilo de ello yo he comentado lo siguiente: 
“Los cuatro muleros” en Pepe Marchena o Niño de Marchena me parece la mejor versión de todas las escuchadas; con qué gusto canta deleitándonos, sin estridencias, introdujo en el cante el recitado y como todo lo que se hace con sencillez resulta muy difícil imitarle. Mezcló estilos y se le conoció como “la vieja” por su constante estar con los mayores para oír sus voces y aprender de ellas.
Fue un innovador y rompió moldes en su época, invento la “colombiana”. Un hombre que no sabía leer ni escribir zarandeó a los ortodoxos e hizo que fuese seguido por las multitudes como si fuese un dios.
Dijo Carmen Amaya: Marchena faraón del cante, merecería ser gitano.
Tengo entre mis mejores amigos a los gitanos, -los más puros y geniales artífices de este arte tan extenso y especial, hay alguna excepción entre los payos- porque nos sublevan las distintas varas de medir de la Justicia y me pongo en su lugar por cuánto han sufrido; siendo perseguidos, vilipendiados y marginados, por supuesto: injustamente. Llegará el día que se reconozca lo mucho que han aportado.
Os podría contar que su solidaridad no tiene límites, que son auténticos y te ofrecerán si tú les correspondes hasta su sangre. Leales hasta la muerte. Eso sí, no les traiciones, porque entonces se termina para siempre la amistad.
Y aunque quizá muchos os saltéis esta página, os voy a poner un video de mi gran amigo Simón y su hermano Luis, una Institución de la familia gitana en la Serranía de Ronda. Ambos están enfermos, cada uno de distintas dolencias, a los que deseo una pronta recuperación. Tienen otros hermanos: Antonio que está en Canarias-su hijo Manolo “El Canario” también canta, a la juventud les encanta- , Juan –que se marca sus bailes-, Manolete –que también canta muy bien-, Curro y Rafael, estos dos últimos ya fallecieron.
http://www.youtube.com/watch?v=Io0GwWO-tnM
Cuando yo les escucho, la cámara no soy capaz de retenerla, se me escapa, es como si ella se quisiera también unir emocionada a este cante jondo, y quisiera bailar.
Su madre, Teresa, murió hace poco tiempo con casi 100 años. En la guerra civil fue de las personas que tuvieron que sufrir el calvario de Málaga a Almería. Crió a sus hijos yendo a buscar comida desde Algatocín hasta llegar a Estepona, a través de Sierra Bermeja, a pie con el hato al hombro. Su marido Manuel murió joven.
El que suele grabar los videos también es otro gran amigo gitano: Manuel (su padre Curro, hermano de los citados anteriormente). Como tienen esa inteligencia natural, pronto Manuel asimiló los entresijos de la cámara. Y así nos repartimos el trabajo. Claro, los ciudadanos tan contentos, porque no hay evento que se nos escape. Un hombre de una fuerza de voluntad increíble que parece está superando otra penosa enfermedad. Así y todo ha conseguido que una hija suya ya sea universitaria, -Toñita- y todo conseguido de una forma tenaz y silenciosa.
Son la gran familia Núñez; y son la vida en su sentido épico y lúdico.

Y yo más





Hay como una extraña aversión a leer o a conocer lo esencial: los clásicos, los artículos de Larra, Galdós, algo del 98, del 27…etc. y es que, seguramente, no los han leído; sin embargo, los hay que ya te mencionan los últimos libros; de los que ni siquiera se han publicado son capaces de contarte ya la historia, -se han leído alguna revista o periódico o han visto por la TV donde se comenta el nuevo evento- y ahí están ellos, haciendo ya una nueva versión. Sobre todo para sacar a relucir su vanidad: y yo más.

Existe también como una especie de vergüenza a ser pobre o sentirse pobre en el sentido monetario; a decirlo y a mostrarlo. Existe como un complejo o prejuicio que nunca se quiere sacar a relucir. En los buenos libros, también en los malos, siempre hubo pobres, incluso más que ricos.

Claro, como tampoco me explico que una persona pueda estar leyendo tantos libros a la vez. Yo me acuesto como mínimo a las 3; a las 9 me levanto y después del aseo correspondiente no me da tiempo apenas a nada. Eso sí, soy un lector muy lento y quizá escribo demasiado rápido. Pero ¡joer!, se va el tiempo en "ná".

No sé cómo se puede abarcar tanto. Con el tiempo que esperé jubilarme para apenas leerme unas cuantas páginas.
Será que uno es más lento que el caballo el malo.
Será…