![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio7Ff6zFHfiXtaV65xuccewOVma6B5qKQYAYIhOkN8hEt8BwOvYyvNyTyyLsbOl3NDNNUFeUFhqIUUHYnJ_OMF5Oy3biNr8E4UNWApQGR5AZZiq79fZKIUoibLC4TWPo5IsFuQaPVB82A/s640/libro15.jpg)
La metamorfosis de Franz Kafka es uno de los libros que más me ha gustado.
Lo leí siendo muy joven,
y más de una vez a pesar que el autor nunca lo nombra, pero describe, soñé en lo
que se convierte un hombre: en un insecto, que supongo o quiero suponer más
bien era un escarabajo gigante, no quise imaginar nunca que fuese una cucaracha
–me repugna solo nombrarla-, el impacto de ese sueño me producía como una especie de apnea y más
cuando se daba la vuelta el escarabajo dichoso y no se podía poner de pie con
sus múltiples patas aplaudiendo al aire queriéndose agarrar a un sólido. Qué mal
que lo pasaba.
Un íntimo amigo mío me
contó una cosa muy curiosa sobre las personas, me dijo: “si las miras bien las puedes
transformar”, añadiendo acto seguido: “todas las personas fíjate bien o tenemos cara de
perro o de pájaro”. Me eché a reír e inmediatamente empezamos a decirnos: “tú tienes cara de
pájaro y tú de perro; y tu de pájaro… y tú de perro…; y tú de pájaro…y tú de
perro…”.
Cuando de tarde en
tarde nos vemos, como si fuésemos unos niños aún seguimos con la graciosa cantinela:
“y tú tienes cara de…y tú de…”.
Luego observamos a alguna persona y como dos
tontos en total complicidad, acompañados de una cerveza nos sonreímos y llega a
tanto este humor que en alguna ocasión me he tenido que ir al servicio porque
podía dar lugar al “mosqueo” de algún presente y como se dice por aquí “ya está
liá”.
Solo escapan a esta
rara transformación los niños, siempre tienen cara de ángel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario