![]() |
Zahara de los Atunes - Playa del Carmen - |
Cuánto se aprende
cuando uno se equivoca. Como mínimo tiene dos caminos ya para recorrer.
Perderse o mejor extraviarse
creo que es lo que me pasó el día 14 de este mes y de este año cuando iba a Zahara de los Atunes.
Me fui por la N-340
dirección a Tarifa, recorrí todo el arcén con la Chicharra y vi brillar cristalillos, algún que otro matojo,
piedrecillas, arenisca, bolsas y desperdicios.
Pero llegue y me dio
tiempo a conocer playas, el centro –lleno de foráneos momentáneos, se les nota
por esa alegría con que piden el atún, y disparan su altanería al atosigado
camarero- y me producen una especie de estupor y mala leche.
Conocí a amigos de mis
amigos y me comí un rabo de toro, mojado con dos cervezas y tres riojas, aunque no les
pegara a los entendidos recién llegados.
Si di la nota sería
porque me rasqué demasiado el bolsillo si sacar “chavo”. Pero a eso estoy
acostumbrado.
Me divertí
con los consejos de los sabios de turno que me dijeron por donde volver; así lo
hice, por Barbate, pues qué bien, dos rutas por el mismo precio, porque además
se dignaron con mi presencia y consideraron “que había recorrido bastantes km
demás, y no era lógico que tuviera por hoy más gastos, faltaría plus”. Qué
elegantes dije para mí y que memos.
Si en el fondo son como
niños, otro día les diré que para ir a Roma, desde Cádiz cogí el Camino de
Santiago, dirección Lisboa, pasando por Tenerife a nado.
¡También vale!, o a lo mejor no, pero como por
perderse o extraviarse le consideran a uno medio bobo, ¡qué lo paguen coño, qué
menos!
Con los bien que se lo
pasan cómo les voy a defraudar. No es justo ni se corresponde con mi persona
que me gusta tanto hacer felices a estos “enteraos” de la guía Michelín.