29 agosto, 2012

Tres generaciones


Gregorio Marañón y familia
Antes a los niños-adolescentes que les llamaban mal criados los he oído decir cuando se enfadaban: “ya no me ajunto”.
Hoy a los niños-adolescentes que les llaman mal criados cuando se enfadan dicen:”eres un hijo/a de p…”.
Mañana a los niños que les llamarán mal criados nos dirán, seguramente: “mis juegos aún están por hacer en MP321-123/Aaslk90ñ7vb-5ª gene-ra-acción mar-si-ana”.
Yo he vivido, pertenecido, y padecido tres generaciones amigas y familiares. Y en las tres, sino todos los días, alguna vez me vino a la mente dichas palabras.
Porque cuando somos niños, no somos aún responsables, buscamos un énfasis en el “prota” o en el “líder”, sin saber muy bien a qué conduce. Solo queremos que nos vean que estamos integrados en un grupo y no somos una especie especial que vaga por su cuenta y riesgo. Buscamos el amparo de una frase, de una palmada, de una mirada que nos comprenda.
Qué edad tan difícil, y tan bella.  Quizá la mejor. 

Aquello se perdió y ya no se recupera, con lo que me gustaría:  “lo de no ajuntarme” y no “arrejuntarme”; parece ser que por futuro lo último me corresponde. Quién sabe, estoy en ello,  me lo pensaré…muy mucho.
Que no, que es una broma, que uno no está ya para quedar mal con medianas medianías...aunque parezco  joven y prometo, sexualmente uno está, pero ya no está en lo que está.

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