11 marzo, 2012

E-Mail a un amor distante

Verás…no sé cómo empezar Xu, apenas ha pasado una semana y ya he roto la promesa que te hice de escribir todos los días un poco, aunque tan solo fuese una pequeña nota. Tampoco sé muy bien que disculpa poner a este caso..., o sí, es bastante más sencilla que una excusa cualquiera; no estoy capacitado para hacer de la escritura un trabajo constante, porque me veo atado y no es que ya se me haya secado el cerebro, no, es no tener la más mínima ganar de ponerme a pensar una historia, por muy burda, horrible e insípida que fuere, aun sabiendo que tú siempre estás ahí, siguiéndome, esperándome, amándome en la distancia. 
Lo mío es como un capricho: como cuando salgo a pasear o me voy con “la chicharra”o salgo a jugar al billar o a tomar un café o me quedo un día completo en cama. Es no sentir la obligación, no tener la responsabilidad de hacer lo que en ese momento, en ese día el corazón que es por el que me guío me rechaza y me niega, como le repatea y le hiere el que me fume dos paquetes de Marlboro diarios, eso es lo que siento.
Hacer las cosas sin un motivo especial por regla general no suelen salir bien y para hacer las cosas de cualquier forma tomo la determinación de sencillamente no hacerlas.
Tiempo y días habrá que las musas me acompañen, que note que por mi mente fluyen las ideas, reales o irreales, serias o jocosas.
Pero lo que nunca haré querida Xu es ir en contra de mí mismo.
Siento que todos los días estés esperando aunque sea un ¡hola!, aun sea por cortesía; la verdad no valgo para fingir, por eso nunca seré un buen escritor, ni tan siquiera mediano, a pesar de que me pongas en los altares. Soy tú ídolo de barro, nada más.
Por fin me libero de una carga que nunca debí sobrellevar por no estar preparado para ello, y siento que esa carga ahora te la pase a ti, pero ya verás Xu como tú también pronto te olvidarás y la arrojarás a tu océano precioso que todo lo absorbe y lo minimiza.
Todos los meses una o dos veces, creo que está bien, más o menos, recibirás los mail correspondientes, más bien  para no olvidarme de ti, mi querida XU, y a la vez me recuerde la vocación de escritor que requiere a un  hombre de gran voluntad y no a mi compañera inconstancia; la desleal y caprichosa inconstancia.
Ahora me voy a festejar mi libertad con unas cervezas acompañado de una amiga que últimamente no me abandona, no pienses mal, no seas celosa, es“la gota”, y  como hermafrodita que es, mañana se hará llamar con todo derecho, “goterón”.
Acepta mis disculpas, más debías de saber aquello “de la verdad nos hará libres”.
Así es mi vida, y así escribo estas alambicadas historias.
P.D. A la palabra “alambicadas” te dejo le pongas tú la acepción que más te guste del RAE. Todo sea por el berrinche que te he causado mí querida niña Xu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario